Dembélé pide otra ronda
El Barcelona se ha convertido en el primer equipo clasificado para semifinales de la Copa del Rey. Un solitario gol de Ousmane Dembélé, el mejor de la noche en el Camp Nou, le bastó para tumbar a la Real Sociedad (1-0), que jugó toda la segunda parte en inferioridad numérica por la expulsión de Brais Méndez. El equipo vasco venía como un huracán, pero fue poco más que una brisa con 11 y encima tiró por la borda un par de ocasiones clarísimas cuando estaba con 10. Demasiadas facilidades para un Barça que volvió a sufrir innecesariamente.
Venían los dos equipos con una sonrisa de oreja a oreja, los locales reforzados por la Supercopa, los visitantes envueltos en una racha de nueve victorias consecutivas, la mejor de su centenaria historia. Y ambos con ganas de proponer buen fútbol, de presionar bien arriba, de juntar líneas y convertir el partido casi en un duelo de fútbol sala. Quien estuviera más fino en los pases y los controles tendría mucho terreno avanzado. Y fue el Barça.
Después de un partido horrendo ante el Getafe, los culés volvieron al césped del Camp Nou mucho más precisos en cada acción. Su entrenador había apostado por el mismo 4-4-2 que triunfó en Arabia Saudí, los mismos once hombres de hecho, y el juego manaba con fluidez de las botas de Pedri y Dembélé. Había salido cara en la moneda particular del francés, peligroso como siempre y muy acertado como a veces.
El Barça avisó a los 10 minutos con un gol de Lewandowski que arruinó De Jong. El holandés pasaba por allí y le rebotó la pelota en fuera de juego. A la Real no le funcionaba su presión alta, su propuesta valiente con la línea defensiva casi en el centro del campo. El propio De Jong y luego Dembélé rozaron el primero. Media hora de agobio absoluto para los donostiarras, que echaban de menos a los lesionados Mikel Merino y David Silva. Se lo sacudieron con un zurriazago de Kubo que se estrelló en el larguero. El único intento, pero qué intento…
Pese a su fútbol virtuoso, la Real Sociedad también es el equipo que más faltas comete de Primera División y ese ímpetu le acabó saliendo caro. Cabreado por un codazo de Lewandowski que no fue castigado, Brais Méndez perdió la cabeza y vio la tarjeta roja en el minuto 40. Lo hizo por una entrada durísima con la plancha al tobillo del Busquets cuando el balón ya estaba fuera de su radio de alcance. Gil Manzano solo amonestó de inicio, pero le llamaron desde el VAR para que revisara la jugada. El centrocampista gallego se marchaba a la ducha con toda la segunda parte por delante y dejaba a su equipo a expensas de un milagro para conquistar un campo donde acumulaba tres décadas de sinsabores. El más difícil todavía.
Increíble fallo de Sorloth
Imanol intentó reconstruir su equipo al descanso con dos cambios. ¿Cuánto le duraría a la Real Sociedad el proyecto numantino c0n el que sobrevivir en el partido? Pues siete minutos. Eso fue lo que tardó Dembélé en coronar su buena actuación con el único tanto de la noche. Había frito a Diego Rico, sustituido en el medio tiempo, y a la primera también abrasaba a Aihen Muñoz. Le cogió la espalda y, cuando todo el mundo miraba a Lewandowski para rematar el centro, el extremo disparó a puerta. Sorprendió a todo el estadio, incluido Remiro, que solo tuvo tiempo para poner la mano blanda. Pudo hacer más el portero cascantino. 1-0.
Dembélé engaña a todos. Carrerón y latigazo con la derecha por el palo corto. #LaCopaMola #LaCasaDelFútbol pic.twitter.com/zUJUJeBj46
— Fútbol en Movistar Plus+ (@MovistarFutbol) January 25, 2023
Con uno menos y abajo en el marcador en el Camp Nou, lo normal es rendirse, pero esta Real no es normal. Sacó orgullo para coger el partido de las solapas durante unos minutos y encontró premio con una ocasión increíblemente buena, de permanecer para siempre en la hemeroteca si no entra. Y así será. Kubo le sirvió el pase de la muerte a Sorloth y el gigante noruego remató a dos metros de la portería con Ter Stegen ya vencido. La mandó por encima del larguero. Difícil era, desde luego. Todos los realistas se llevaron las manos en la cabeza, compartiendo sin palabras un shock colectivo.
Un día más, el Barça se relajaba con marcador a favor y solo un error así de grosero le evitaba tener que seguir remando. Sería difícil que la Real Sociedad dispusiera de otra ocasión tan cristalina, la lógica y el cansancio acabarían imponiendo su ley. Gavi estrelló un remate de cabeza en el larguero a pase, cómo no, de Dembélé, cuya exhibición ya era incontestable. El francés se llevó una ovación de las gordas cuando fue reemplazado por Ansu Fati en el minuto 83.
Cuando parecía que el Barça no iba a sufrir en los minutos finales para amarrar su pase a semifinales y alargar un año más la maldición de su rival en el Camp Nou, una extravagancia de Ter Stegen congeló a todo el estadio. Un mal pase del portero sirvió el mano a mano a Robert Navarro, que le tiró la pelota al cuerpo. Carlos Fernández tampoco atinó con el balón rechazado. Demasiados regalos para un Barça al que ahora mismo le acompaña todo. Hasta la suerte.